lunes, 30 de marzo de 2015
SEMANA SANTA TERCERA PARTE MENSAJE DE REFLEXIÓN
Reflexiones de Semana Santa, Parte III
Segura Después de su muerte todos sus seguidores más cercanos huyeron al perder toda ilusión. Los antiguos pescadores volvieron a la orilla del mar para reanudar sus antiguas labores; a su criterio todo había sido una experiencia transitoria y pasajera , llena de sueños y esperanzas, pero con un triste y dramática desenlace, pero...
Domingo de Resurreción: El camino de la esperanza
Resulta extraño, pero cierto es que ninguno de los discípulos de Jesús esperaba que él, después de su muerte vergonzosa en la cruz, resucitara. La muerte fue temida por ellos y la resurrección descartada. Ellos debían haberla esperado puesto que el Maestro les habló en muchas ocasiones acerca de ella. Oyeron, pero no comprendieron, parece ser lo que ocurrió.
La verdad es que después de su muerte todos sus seguidores más cercanos huyeron al perder toda ilusión. Los antiguos pescadores volvieron a la orilla del mar para reanudar sus antiguas labores; todo había sido una experiencia transitoria, llena de sueños, pero con un triste final.
Este sabor a derrota abrumaba a dos de los suyos cuando Jesús los encontró mientras caminaban rumbo a Emaús, una aldea situada a más de 11 kilómetros al noroeste de Jerusalén. El sentimiento de fracaso acompañaba las conversaciones de estos dos caminantes quienes, aun sabiendo que unas mujeres no habían encontrado el cuerpo de Jesús y que un ángel les había anunciado su resurrección, no creían. «Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso» (Lucas 24.21).
Ni siquiera la presencia física de Jesús fue suficiente para que de una vez por todas ellos creyeran: «Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron, aunque algunos dudaban» (Mateo 28.17). ¿Y qué tal el caso de Tomás, mejor conocido como «el incrédulo»? Fue a él a quien Jesús le dijo: «Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree!» (Juan 20.27).
Pero algo extraordinario sucedió a aquel grupo de débiles creyentes y es que Jesús, por medio de sus más de diez apariciones demostró haber vuelto a la vida. Fue esa experiencia de encuentro personal con el resucitado la razón de su cambio radical. La resurrección, entonces, pasó a ser la característica más sobresaliente de la predicación de esos primeros cristianos: anunciaron la victoria de la vida sobre la muerte; el triunfo de la esperanza; el comienzo de la vida nueva, y la certeza de nuestra resurrección.
Cristo resucitó. El efecto destructivo de la muerte ha sido vencido por el poder de la vida otorgada por Dios. El mal y la muerte no dictan, pues, la última palabra. El reino de Dios ha certificado ser la razón final de la historia.
Jesús se levantó de los muertos. El mismo que murió en la cruz abandonó la tumba y está con nosotros. El amor de Dios y su justicia triunfaron sobre la muerte y la injusticia; también la verdad y la libertad triunfaron. Su reino se ha inaugurado. ¿Qué nos queda a nosotros sino optar por ese reino y comprometernos en favor de sus valores? La solidaridad, el amor y el servicio son los rasgos que identifican una vida resucitada. ¡Vivamos así! «Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre» (Romanos 6.4).Fuente Sitio desarrollo Cristiano por Harold Segura.
http://www.nuestraedad.com.mx/reflexionesdemanasanta.htm
Somos bendecidos porque hagamos lo que hagamos, EL SEÑOR JESÚS, siempre confía más en nosotros que nosotros en Él..
No te avergüences ante los ojos de Dios, porque nada de lo que hagas le sorprenderá. Él te conoce perfectamente y te ama, a pesar de todo y sobre todo.
Servir al Señor Jesús no significa no tener problemas, significa que sabemos que no vamos solos al campo de batalla.
La vida suele darnos lecciones muy duras, la Palabra del SeñorJesús s nos enseña lecciones muy sabias. Nosotros escogemos el método!
Buscar a Dios nos da paciencia para las dificultades, tolerancia para las diferencias y fortaleza para las pruebas.
Puede que tú sepas muy bien lo que te gusta o lo que quieres, pero Dios sabe lo que te conviene.
La paz no es la ausencia de crisis en tu vida, sino de la presencia de Dios en tu corazón.
Quien no busca el reino de Dios nunca podrá obtener los tesoros que allí nos esperan, paz y felicidad.
Dios abre caminos, puertas, corazones y la fe nos abre el entendimiento para confiar en Él....
Tengan todos una semana de amor, paz, felicidad y muchas bendiciones.
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