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lunes, 30 de marzo de 2015

SEMANA SANTA SEGUNDA PARTE MENSAJE DE REFLEXIÓN


Reflexiones de Semana Santa, Parte II 

Segura Se entregó en la cruz y lo hizo para que todos 
tuviéramos perdón de pecados; esa fue una entrega 
consecuente con su vida de servicio. Jesús sufrió una 
muerte violenta por ser fiel a la verdad predicada y por 
hacer el bien. Su vida y sus principios atrajeron la furia 
de muchos. No soportaron que sanara a un paralítico 
porque lo había hecho el día equivocado; no admitieron 
que se acercara a los marginados...
Viernes Santo: El camino del perdón

La muerte en una cruz constituía una pena denigrante, tanto 
que estaba destinada sólo para los esclavos, los provincianos 
y los criminales más bajos. No era común, por ejemplo, que se 
crucificara a un ciudadano romano; ellos tenían derechos que 
los protegían para no recibir esa muerte. Pero Jesús, siendo 
judío, y habiendo atentado con sus enseñanzas contra las más 
preciadas instituciones religiosas y políticas, tanto romanas 
como judías, fue condenado al vilipendio de la cruz. 
¡Crucifícale!, fue el grito enfurecido de una turba de fanáticos 
que creían que Jesús debía morir a causa de su irreverencia.
Caifás, como sumo sacerdote, convino con la muerte de Jesús 
por considerarlo un blasfemo. Anás, sacerdote suegro de 
Caifás, investigó a Jesús y decidió que era oportuno darle 
muerte porque sus palabras eran una agresión al orden 
religioso de su tiempo. Herodes Antipas, el gobernador, y 
Poncio Pilato el procurador, se burlaron de él y profirieron la 
sentencia por conveniencias políticas. Todos por igual, 
religiosos y políticos, ciudadanos y gobernantes, concertaron 
la muerte de Jesús y juntos lo condujeron al castigo de la cruz.


La verdad es que Jesús sufrió una muerte violenta por ser fiel a 
la verdad predicada y por hacer el bien. Su vida y sus principios 
atrajeron la furia de muchos. No soportaron que sanara a un 
paralítico porque lo había hecho el día equivocado; no 
admitieron que se acercara a los marginados y excluidos; no 
aceptaron que hiciera milagros sin el consentimiento de la 
jerarquía religiosa; no asintieron que el amor, como él decía, 
fuera la ley suprema de la vida. Fue perseguido por presentar el 
rostro generoso de Dios y por hacer presente, por medio de sus 
acciones, la bondad de ese Dios. Todo esto irritó a quienes se 
arrogaban la supremacía de la fe y creían que el poder político 
era intocable.
Jesús murió en medio de una oscura trama de equívocos 
humanos. Es cierto. Pero su muerte tenía propósitos que 
trascendían el límite de esa historia terrenal en cumplimiento 
de los propósitos establecidos por Dios para la humanidad entera. 
¡He ahí el meollo de su muerte sacrificial! En la cena de la 
noche anterior había dicho: «Esto es mi sangre del pacto, 
que es derramada por muchos para el perdón de pecados» 
(Mateo 26.28). Jesús vivió en función de los demás y murió en 
coherencia con ese mismo destino. Se entregó en la cruz y lo 
hizo para que todos tuviéramos perdón de pecados; esa fue una 
entrega consecuente con su vida de servicio. Nada de absurdo 
había en ella; tampoco nada parecido a un inesperado y trágico 
final.


La muerte de Jesús es una expresión del amor de Dios; gracias 
a ella es posible el perdón del Señor: «El amor consiste en esto: 
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos 
amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en 
sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados» (1 Juan 
4.10). Es el perdón de Dios y la reconciliación con él lo que está 
en el centro de la celebración del Viernes Santo. Podemos, 
entonces, entablar una nueva relación con Dios; estar en paz 
con él, coexistir en relaciones armoniosas con los demás que 
cuánta falta nos hace en este momento de guerras infames, y 
vivir una existencia reconciliada con nosotros mismos y con 
la creación.


Todo eso es posible por medio del crucificado quien se entregó 
y nos amó para que la entrega y el amor sean posibles entre 
nosotros. ¡Un mundo distinto es posible...
http://www.nuestraedad.com.mx/reflexionesdemanasanta.htm

Cuando los demás te defrauden. Cuando muchos te abandonen. 
Cuando pienses que estás solo. Mira hacia arriba... Dios siempre 
te será FIEL.
La fe en Dios hace de tu peor día el primero de una nueva etapa, 
mucho mejor.
Confía y duerme en paz, sabiendo que DIOS, tiene todos tus 
asuntos en Sus Manos.
Cuando DIOS ocupa el primer lugar en tu vida, todas las piezas 
restantes de tu vida encajan alrededor de Él, en un orden 
perfecto.
Dios es el que salva. Dios es el que cura. Dios es el que sana. 
Tan solo tenemos que creer en Él para comenzar a recibir sus 
bendiciones...

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